Hay anuncios tecnológicos que suenan a déjà vu, y otros que de plano intentan romper el molde aunque nadie sepa si el molde necesitaba romperse. El Galaxy Z TriFold cae en esa segunda categoría. Samsung decidió que 2025 cerraría con un golpe sobre la mesa: su primer smartphone con pantalla triple plegable, una especie de híbrido que se estira como acordeón futurista y promete cambiar la manera en que usamos el teléfono… o al menos intentarlo.

Este lanzamiento, presentado primero en Corea y en países selectos, abre una pregunta inevitable para quienes vivimos en México: ¿qué tan útil es realmente este tipo de dispositivo aquí? ¿Y cuándo demonios lo podremos comprar?

Un teléfono, una tablet y un experimento en el mismo cuerpo

Samsung presentó el Galaxy Z TriFold, su nuevo juguete premium que se dobla dos veces y se convierte en una pantalla enorme de 10 pulgadas cuando está completamente desplegado. Es, básicamente, un celular que quiere ser tablet sin admitirlo en voz alta.

La marca lo vende como “la siguiente forma de la innovación móvil”, y la verdad es que, al menos en papel, el aparato sí tiene con qué presumir:

  • Pantalla Dynamic AMOLED 2X con refresco de 120 Hz, optimizada para multitarea, lectura y consumo de video.
  • Procesador Snapdragon de gama más alta, 16 GB de RAM y almacenamiento que arranca en 512 GB.
  • Batería de 5600 mAh, la más grande que Samsung ha puesto en un plegable.
  • Integración profunda con Google AI Pro / Gemini, con funciones que buscan aprovechar el formato expandible.
  • Y un detalle que dice muchísimo: 50% de descuento en la primera reparación de pantalla. Samsung sabe exactamente qué parte del dispositivo nos da miedo romper.

Todo esto envuelto en un cuerpo multiplegable que, cerrado, parece un teléfono grueso y futurista; abierto, una especie de mini laptop sin teclado.

Qué puede significar para usuarios en México

Aunque el TriFold llega primero a Corea y a otros mercados prioritarios, el impacto potencial para México es interesante.

1. Productividad real en movilidad

Para quienes trabajan desde el celular —periodistas, creadores, estudiantes, godínez en escape perpetuo— el TriFold podría convertirse en un aliado serio. Es mucho más fácil editar documentos, revisar hojas de cálculo o trabajar con dos o tres apps abiertas cuando tienes una pantalla de 10 pulgadas que cabe en tu mochila.

2. Creatividad en un solo dispositivo

Edición de foto y video, leer guiones, revisar presentaciones, dibujar bocetos, ver referencias: todo mejora cuando dejas de depender de una pantalla chiquita. La mezcla de hardware potente + pantalla amplia puede ser atractiva para creativos que normalmente cargan celular y tablet.

3. Entretenimiento sin cargar media casa

Para quienes viven en transporte público, cafés, salas de espera o vuelos eternos, la idea de abrir un teléfono y convertirlo en una mini pantalla portátil es bastante tentadora. Series, juegos y lectura digital se sienten más “naturales” con este formato.

4. El gran freno: el precio

Aquí viene el balde de agua fría: el TriFold no será barato. En su lanzamiento asiático ronda los 2,500 dólares, lo que en México fácilmente podría convertirse en más de 50 mil pesos.

Es, sin rodeos, un dispositivo de nicho. Pensado para quienes realmente necesitan ese tipo de formato o para quienes quieren lo último sin mirar etiquetas de precio.

¿Cuándo llegaría a México?

Samsung confirmó que el 12 de diciembre de 2025 comienza la venta en Corea. Luego vendrán:

  • China
  • Taiwán
  • Singapur
  • Emiratos Árabes Unidos
  • Estados Unidos

¿Y México?
Por ahora la marca solo menciona que el dispositivo llegará a “otros mercados” más adelante, sin especificar si Latinoamérica forma parte de esa primera ola.

Con el historial de Samsung y la logística de lanzamientos de dispositivos experimentales, lo más probable es que lo veamos en territorio mexicano durante el primer semestre de 2026. Pero ojo: podría ser un lanzamiento más limitado, con pocas unidades y muy orientado a distribuidores premium.

Conclusión

Es un salto ambicioso, pero no para todos.

El Galaxy Z TriFold es uno de esos inventos que te dejan con la boca abierta cuando lo ves por primera vez. Se despliega, se estira, cambia de forma… y por un momento piensas: “¿y si este sí fuera el futuro?”. Y la verdad es que sí abre posibilidades reales y muy útiles, pero solo para cierto tipo de usuario que realmente pueda sacarle jugo —y pagar lo que cuesta. La mezcla de potencia, diseño multiplegable y pantalla amplia tiene sentido para quienes viven entre trabajo móvil, multitarea y creatividad en movimiento.

Pero también deja claro que estamos ante un dispositivo que no quiere ser masivo. Su precio, su formato experimental y la escasez inicial lo convierten en una apuesta que pocos podrán —o querrán— asumir.

Opinión personal

A mí estos gadgets me encantan porque representan algo que extraño en la industria: atreverse. Ya vemos demasiados teléfonos iguales, demasiado conservadurismo, demasiada cautela corporativa. El TriFold rompe la monotonía.

¿Lo compraría?
Probablemente no, al menos no en esta primera generación. Es caro, frágil y todavía estamos en una fase donde la idea es espectacular, pero la ejecución sigue aprendiendo a caminar.

Aun así, agradezco que Samsung vuelva a empujar los límites, porque si algo necesita el mercado móvil —y México también— es innovación que no se quede en discursos, sino que se atreva a doblarse, desdoblarse y volver a intentarlo.